jueves, 20 de enero de 2011

LA PALABRA DE DIOS EN EL CENÁCULO.



Lectura bíblica: 2 Timoteo 2:2

Propósitos de la charla: a) Propiciar el establecimiento de la Iglesia en las casas y ordenar su funcionamiento a cargo de un Responsable de Cenáculo; b) Orientar a Pastores y Responsables de Cenáculo sobre la metodología de la enseñanza en los Cenáculos; c) Orientar a los discípulos acerca del adecuado comportamiento en la reunión de Cenáculo para un mejor aprovechamiento de éste.

“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” (2 Timoteo 2:2)

En una reunión de Cenáculo, la sección “lectura y reflexión de la Palabra de Dios” es una de las más importantes, puesto que ésta permite edificar la mente de los discípulos con la Verdad, fortalecer la fe en el corazón de ellos y capacitarlos con lo que San Pablo llama “la espada del Espíritu”[1] para poder vencer toda artimaña del enemigo y también evangelizar las almas que están aún en tinieblas.

Así es que es muy importante que el Responsable de Cenáculo prepare esta sección con todo cuidado y mucha oración personal. Primero debemos aclarar que dicha sección se divide en dos partes, cosa que no sucede en el culto que la Iglesia brinda al Señor cada domingo:
1. “Lectura de la Palabra de Dios” con un breve comentario por el Responsable del Cenáculo.
2. “Reflexión de la Palabra de Dios” por cada uno de los asistentes, guiada y moderada por el Responsable del Cenáculo.

Antes de avocarnos a desarrollar las estrategias para cada una de estas partes, creemos que es importante aclarar ciertos asuntos concernientes al desarrollo de la Iglesia y sus miembros, a los cuales nosotros llamamos “discípulos”.

LA IGLESIA EN LAS CASAS.
Tradicionalmente la Iglesia ha funcionado con un “culto dominical”, enriquecido por una “escuela dominical” en la que se separan los oyentes de acuerdo a sus diferentes edades e intereses, para recibir una enseñanza adecuada. Durante la semana sucede otro tanto, desplegándose una serie de reuniones en el templo dedicadas a grupos específicos: damas, varones, jóvenes, niños, matrimonios; o a actividades que suelen llamarse “ministerios”, tales como: música, oración, evangelismo, etc.

En las últimas décadas ha surgido en la Iglesia un fuerte movimiento que propicia las reuniones en hogares de algunos miembros. Esta forma de culto y desarrollo cristiano tiene un sólido apoyo bíblico[2], no es ajena a la tradición milenaria de la Iglesia, pero tal vez por años fue una práctica olvidada, que hoy se retoma. Surge como una necesidad de “intimidad” espiritual que tiene el hombre contemporáneo, como respuesta a cierta frialdad litúrgica y es impulsada por el Espíritu Santo.

Los ministros de Dios no debemos temer a esta alternativa ministerial, sino que abrirnos a ella como otra posibilidad de desarrollar nuestras iglesias; levantar, apoyar y fortalecer nuevos líderes; y alcanzar más vidas para Jesucristo.

No han sido pocos los pastores que han visto con temor este “movimiento” considerándolo un verdadero “terremoto”. Otros se han opuesto como verdaderos enemigos de lo que se ha dado en llamar la “Iglesia celular”. Esto no debe suceder pues todos los ministros de Dios cumplimos una función importante y necesaria en el crecimiento integral de la Iglesia.

Las iglesias se están desarrollando, algunos cristianos crecen a un nivel de liderazgo y se sienten motivados a abrir sus hogares para hacer reuniones cristianas. Es lo que nosotros nominamos “cenáculos”. Pensamos que es un término bíblico, si consideramos que Jesús dio importantes enseñanzas a sus discípulos en el cenáculo[3]. En todo caso el nombre no es lo más relevante.

A continuación entregaremos algunas sugerencias para apoyar a aquellos hermanos que toman esta iniciativa. Esperamos sean de utilidad a los ministros.

SUGERENCIAS PARA PASTORES.
1. No se oponga a los hermanos que abren sus hogares sino que ofrézcales su apoyo, visitándolos, citándoles a su oficina o bien –si son varios- organizando una reunión de Responsables de Cenáculo cada cierto tiempo.

2. Ore por los hermanos Responsables de Cenáculo, ungiéndoles cuando su grupo en casa tenga un tiempo prudencial de funcionamiento, por ejemplo un año. Cumplido ese tiempo nombre el grupo como “Cenáculo” de su Iglesia.

3. Predique el domingo acerca de los Cenáculos, para que la Iglesia sienta que son algo normal y no una amenaza. Es muy importante que los Responsables de Cenáculo entiendan que ellos son ayudantes suyos y no “pastores”.

4. Inculque en los Responsables de Cenáculo el principio de fidelidad. El propósito del Cenáculo no es levantar una nueva Iglesia sino enriquecer la vida de la Iglesia con una actividad espiritual diferente, como lo son el resto de las instituciones que tiene su Iglesia.

5. Cuide que la enseñanza impartida en los Cenáculos sea la misma que usted entrega el domingo, es decir que no haya duplicidad de ministerio. Para ello será muy útil que usted entregue el bosquejo de su sermón dominical a los Responsables de Cenáculo. Si no es así ellos deben aprender a interpretar su sermón y retransmitir algunas de sus ideas y textos en la reunión de Cenáculo.

6. Supervise por medio de la visitación, sin aviso, el funcionamiento de los Cenáculos de su Iglesia. Ejerza un liderazgo pastoral más basado en el amor afectuoso que en la disciplina. Sea un “padre” de su comunidad cristiana.

7. Controle que los Cenáculos no crezcan en cantidad de miembros tanto o más que la Iglesia, lo que sería un verdadero cáncer; sino que disponga que cuando un cenáculo o grupo en casa alcanza un número mayor de 20 personas, debe dividirse y formar un nuevo Cenáculo. Ello requiere de la capacitación de Responsables, actividad que bien pueden realizar los maestros de su Iglesia. No es necesario que usted cargue con toda esa actividad, pero sí estimule la formación de ellos.

UNA TAREA DELICADA.
Vistas estas consideraciones con respecto a la actitud de los pastores y las disposiciones que deben tomar frente al surgimiento de los grupos en casa o “cenáculos”, consideraciones que deben ser conocidas y asumidas también por los Responsables de Cenáculo y por toda la Iglesia, pasamos a examinar el aspecto magisterial, es decir la “enseñanza” en los Cenáculos.

La “enseñanza” de la Palabra de Dios es uno de los asuntos más relevantes en el desarrollo espiritual de los cristianos. Errores doctrinales, exageraciones, ignorancias, prejuicios, malas interpretaciones de la Palabra de Dios, pueden originar terribles males y hasta divisiones. Por ello el Responsable de Cenáculo debe ser muy cuidadoso con la administración de la Palabra de Dios y respetuoso de la orientación pastoral de la Iglesia.

El Señor ha encargado a sus ministros el ministerio de la Palabra[4]. Cuando un cristiano abre su hogar para evangelizar nuevas personas y para edificar a sus hermanos, está haciendo una hermosa y loable tarea, está cumpliendo o quiere cumplir la gran comisión, pero debe entender que es una tarea delicada, pues está representando al Señor. Por ello van aquí nuestras sugerencias, ahora para los Responsables.

RECOMENDACIONES PARA RESPONSABLES DE CENÁCULO.
1. Respete a su Pastor, pues él es la persona que Dios ha puesto como autoridad ministerial en su Iglesia. Téngalo en gran estima y dedique tiempo de oración por él[5].

2. Entienda que el Espíritu Santo guía el proceso de formación de la Iglesia, constituida por todos sus miembros (hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos), a través de la prédica dominical del Pastor. Esos sermones son la comida con la cual se alimenta la Iglesia, el material educativo con que se educa la Iglesia, el remedio que sana a la Iglesia, en fin la Palabra de Dios que da vida, alimenta, sana, da crecimiento, fortalece, etc.

3. No duplique la enseñanza en su Iglesia sino que aprenda a administrar lo que el Pastor entrega, como hicieron los discípulos cuando alimentaron a la multitud con los doce panes que Jesús bendijo:

“1 Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. 2 Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. 3 Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. 4 Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. 5 Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? 6 Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. 7 Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. 8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: 9 Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. 11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. 12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. 14 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.” (San Juan 6:1-14)

4. Ahora que usted es un Responsable de Cenáculo perfeccione su obediencia al Señor “sujetándose” con más fuerza y fe a su pastor, como al Señor. Únase a él y solicite su apoyo espiritual.[6]

5. Asista a todas las reuniones que su pastor le cite con motivo de su función como Responsable de Cenáculo. Aprecie esa consideración de él como amor de parte de Dios.

6. Solicite al Pastor capacitación para usted y otros Responsables de Cenáculo. Es probable que él designe personas para ello, acéptelas y absorba todo el conocimiento que ellas le transmitan. Ponga de inmediato en práctica esas enseñanzas.

7. Si su Pastor desconoce esta visión de los Cenáculos, coméntesela, infórmelo y ore para que la comprenda y acepte.

8. Si su pastor se opone a que usted forme un Cenáculo, hágalo como culto familiar, con su esposa/o, hijos, suegros y otros miembros de la familia, y siga todos los principios enumerados en este documento. No se enemiste ni hable mal de su Pastor a otras personas. Recuerde que “1…no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. / 2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” (Romanos 13:1,2) Ore por su Pastor fervientemente para que acepte esta visión en su Iglesia.

9. Observe a los hermanos de su Cenáculo y pídale al Señor que le muestre un futuro Responsable de Cenáculo. Entregue tareas, delegue y comparta responsabilidades, tales como: dirigir las alabanzas, ayudarle a orar por los enfermos, repartir folletos de evangelización, visitar enfermos, preparar el ágape, etc. para que se definan los dones de sus hermanos, en el servicio activo y surjan aquellos que tienen el don de liderazgo.

Volviendo a las ideas planteadas al inicio de este documento, tenemos que usted ha organizado la reunión semanal de su Cenáculo en ocho secciones, tal como se señala en la lección “CÓMO INICIAR UN CENÁCULO”, a saber: a) presentaciones, b) uno o dos cantos, c) oración de gratitud, d) peticiones, e) oración y unción por los enfermos, f) lectura y reflexión de la Palabra de Dios, g) bendición final y h) ágape.

La parte a, presentaciones, con el tiempo puede ser muy breve, e incluso obviarse cuando ya todos se conocen. La oración y unción por los enfermos o parte e, puede movilizarse a la bendición final o parte g, dando así más tiempo a la lectura y reflexión de la Palabra de Dios.

En cuanto a la sección “lectura y reflexión de la Palabra de Dios” subdivídala en dos partes: 1) “Lectura de la Palabra de Dios” con una breve exposición de un tema bíblico por el Responsable del Cenáculo; y 2) “Reflexión de la Palabra de Dios” con comentarios por cada uno de los asistentes, respecto al tema dado, guiada, moderada y respondiendo a preguntas hechas por usted como Responsable del Cenáculo.

A continuación nos referiremos, por orden, a cada uno de estos aspectos y cómo lograr su optimización.

¿QUÉ Y CÓMO ENSEÑAR EN EL CENÁCULO?
FASE DE PREPARACIÓN DE LA “LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS”
1) En el Cenáculo usted deberá enseñar el mismo tema que se predicó el domingo. Naturalmente no podrá repetir completo el Sermón del Pastor, sino que alguno de los aspectos medulares de éste.

2) Si el pastor da los temas escritos, trate sólo un aspecto del tema. Escoja el que usted considera que era el mensaje central del Sermón.

3) No lea más de tres textos bíblicos, de preferencia uno. Es preferible una menor cantidad de textos bíblicos, pero un mayor análisis de éstos. De ese modo también estará enseñando a los hermanos a analizar detalladamente un versículo.

4) Si son muchos los puntos tratados por el Pastor, escoja sólo un aspecto. Tal vez pueda nombrar los otros, que los discípulos los anoten y estudien en sus casas.

5) Discierna cuál fue el propósito u objetivo del Sermón. El objetivo de una enseñanza se puede descubrir haciendo la pregunta: ¿Qué me enseña este Sermón? Es probable que su respuesta sea un listado de virtudes cristianas y conceptos. Luego pregúntese: ¿Cuál de estas virtudes y conceptos es la que más destacó el Pastor?

6) Esclarecido el propósito, redáctelo por escrito con sus propias palabras para tener muy claro lo que se desea formar en los hermanos. Un modo sencillo de redactar y fácil de comprender es iniciando el objetivo con un verbo. Ejemplos de propósitos: “perdonar a los que me ofenden”; “dedicar cada día un tiempo a la oración”; “ayudar a mis vecinos con sus problemas personales”. Estos tres propósitos son “virtudes cristianas”, pero puede haber propósitos que sean conceptos, por ejemplo: “entender que Dios es Tres Personas”; “aprender las cuatro leyes espirituales”; “distinguir la diferencia entre Ley y Gracia”

7) Orar por la “lectura de la Palabra de Dios”, para que el Espíritu Santo guíe la exposición y toque los corazones y entendimiento de los discípulos.[7]

FASE DE PREPARACIÓN DE LA “REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE DIOS”
1) Escribir dos o tres preguntas relativas al tema y objetivo, para la “reflexión”. Para elaborar esas preguntas parta del objetivo; por ejemplo, si su objetivo es “dedicar cada día un tiempo a la oración”, las preguntas pueden ser: “¿Cuánto tiempo dedico a la oración cada día?, ¿Qué dificultades he tenido para orar y cómo las he solucionado?, ¿Me agrada orar o sólo lo hago por mandamiento?”

2) Sea ordenado/a (también se enseña con el ejemplo) y tenga un archivador o libreta con la planificación del tema que expondrá y las preguntas para la reflexión. No maneje papeles sueltos, pues son más fácil de extraviar.

3) Ore por la “reflexión de la Palabra de Dios” para que ayude a los hermanos a comprender mejor lo que el Espíritu Santo quiere transmitir a través de los Sermones y el comentario de las preguntas resulte edificante para todos y no derive en una discusión sin sentido.

FASE DE EJECUCIÓN DE LA “LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS”
1) Llegado el momento de la “lectura de la Palabra de Dios”, hacer una oración muy breve solicitando la luz de Dios. Luego leer el texto principal y desarrollar el tema con seguridad, inspiración y amor. De preferencia hacerlo de pie y no permitir interrupciones.

2) Destacar el propósito del Sermón y/o el fragmento escogido, con ejemplos e ilustraciones muy claras. Incluso se puede utilizar alguna ilustración dada por el pastor y desarrollarla.

3) Si hay un segundo y tercer texto, solicite a un hermano y a una hermana que los lean con voz fuerte y clara. Usted comente cada texto en relación al objetivo de la lección.

FASE DE EJECUCIÓN DE LA “REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE DIOS”
1) Finalice su exposición haciendo la primera pregunta a los miembros del Cenáculo.

2) Antes de que alguno responda entregue las siguientes 10 indicaciones: a) Aquí no se trata de discutir quien tiene la razón; b) Cada persona asistente debe decir, si gusta, su vivencia u opinión, todas las experiencias son respetables; c) No se compare ni nombre a los demás, es sólo usted frente a la pregunta; d) No está permitido emitir juicios sobre las opiniones y experiencias de los hermanos; e) No hable más de tres minutos, todos tienen derecho a participar, respete el tiempo del prójimo; f) No predique, sólo cuente sus experiencias; g) Si alguien llora no lo consuele, espere que el Responsable proceda; h) Las confesiones privadas que escuche en el Cenáculo, no las cuente ni comente afuera, son de carácter personal, ejercite la virtud de la discreción, sea una persona discreta, capaz de guardar secretos; i) Espere su turno para hablar, no interrumpa ni ponga palabras en la boca del otro, no “ayude” a hablar; j) No se burle de las opiniones ni ironice, respete a sus hermanos.

3) Será conveniente que el secretario/a del Cenáculo escriba estas 10 indicaciones en un cartel y se ponga a la vista de todos en cada reunión.

4) Usted, como Responsable de Cenáculo debe actuar como moderador de la participación de cada hermano. Plantee la pregunta al que está a su derecha, mirándole a la cara, sonriendo con afecto y déjelo hablar. Mantenga una actitud de escucha. No permita interrupciones ni ninguna de las conductas negativas mencionadas en las 10 indicaciones.

5) Controle el tiempo de respuesta. Utilizar un pequeño reloj de arena puede ayudar.

6) Al terminar la persona de exponer, déle las gracias sonriendo y no haga comentarios. Luego pregunte al próximo, nombrándolo por su nombre de pila.

7) Mientras él o ella contesta, anote alguna observación sobre el primero. Hágalo del mismo modo con cada uno.

8) Si alguien se niega a responder diciendo “yo paso”, respete su decisión sin ningún tipo de amonestación. Sonríale y dígale que no hay problema.

9) Al término de la rueda de respuestas esboce algunas conclusiones, en base a las notas que usted tomó de cada uno. Permita participar espontáneamente en ese instante a una o dos personas.

10) Con las próximas preguntas proceda igual.

11) Al término de la “reflexión” haga que se escriban las conclusiones en una pizarra y así todos puedan anotar y recordar.

12) Finalice esta sección con una oración.

CONCLUSIÓN.
El trabajo de la Iglesia no depende de un solo individuo sino que es labor de equipo y repercute en toda la comunidad. Por ello, el ministro de Dios requiere de líderes que sean responsables y deseen fervorosamente transmitir a otros discípulos la Palabra de Dios. Como dijo el Apóstol, se requiere de “… hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” De ello ha tratado este capítulo y nos ha permitido comprender la importancia de propiciar el establecimiento de los Cenáculos de una forma ordenada, bajo la guía de un Responsable, conservando la autoridad del Pastor sobre la Iglesia y sus miembros. Hemos aprendido una metodología sencilla y práctica para entregar la enseñanza emanada del púlpito cada domingo y cuál debe ser el comportamiento de los discípulos en las reuniones de Cenáculo, para un mejor aprovechamiento de la Palabra de Dios.


[1] Efesios 6:17
[2] Lea “La Iglesia que se reúne en tu casa”
[3] San Marcos 14:14,15
[4] Efesios 4:11,12
[5] Hebreos 13:17
[6] 1 Pedro 5:5
[7] 2 Timoteo 3:16,17


CÓMO INICIAR UN CENÁCULO.



Pastor Iván Tapia

Lectura bíblica: San Juan 15:16

Propósitos de la charla: a) Motivar a abrir las puertas del hogar y plantar un Cenáculo; b) Orientar y ordenar el desarrollo de la reunión de Cenáculo en las casas.

“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo de” (San Juan 15:16)

Estas palabras fueron pronunciadas por Jesús a sus apóstoles en el contexto del cenáculo, en un discipulado personal e íntimo con ellos. En el tiempo de Jesús el término "cenáculo" se refería al comedor de la casa. Era el cuarto grande de arriba o aposento alto dónde el Maestro celebró su última cena con sus discípulos.

Nuestro Señor transformó el cenáculo en algo más que un comedor. Lo convirtió en un lugar dónde Jesús comparte íntimamente con sus amigos, los atrae a una comunidad de amor, llena de su Espíritu y envía a continuar Su misión. Hoy día, nosotros queremos imitarle a Él y a los primeros cristianos, abriendo cenáculos en todo lugar.

¿Desea usted abrir las puertas de su hogar para expandir el Evangelio de Jesucristo? ¡Es la más bella decisión que un dueño o dueña de casa cristianos puedan tomar! Vayan mis felicitaciones y la bendición del Señor para que ésta sea una obra de Dios. Indudablemente Jesús quiere que Su Cuerpo crezca no sólo en calidad espiritual sino también en cantidad de discípulos. Calidad y cantidad son dos metas que van unidas en el cumplimiento de la Gran Comisión dada por Él:

“Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado;
y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”
(San Mateo 28:19,20)

La primera pregunta es ¿y cómo empiezo? Pues usted ya tiene la respuesta si quiere hacerlo. El Espíritu Santo ha puesto en su corazón algo fundamental: la motivación. No se detenga inútilmente a preguntarse si ese deseo nace de algo positivo o negativo en usted. Eso es algo que sólo Dios debe juzgar. Hacerlo es una pérdida de tiempo. Usted sabe que ama al Señor y Él ama salvar y santificar a muchos. San Pablo decía que no era juzgado de nadie y tampoco se juzgaba a sí mismo. (1 Corintios 4:3) Así es que ya tiene algo importante: como dice la canción, “ha decidido seguir a Cristo” y abrir su hogar para hacer el cenáculo.

El segundo paso es tan simple como el primero y consiste en orar. Le va a pedir al Señor diariamente dirección para escoger a sus invitados. Dedique mucho tiempo a ello. Declárele su amor a Jesús, acérquese a Él y muéstrele su proyecto, para que Él lo bendiga. “Al hombre le toca hacer planes y al Señor dirigir sus pasos” (Proverbios 16:9) Aquí se trata de orar por algo específico: personas para conformar el cenáculo. Estas pueden ser cristianas y no cristianas. Es bueno mezclar ambos tipos pues unas le ayudarán a convertir a las otras. Piense en aquellas personas con quienes tiene una relación de amistad. Basta con decidir por cuatro o cinco y ya tiene una lista interesante de invitados. La idea es cubrir en oración de amor y fe a todas las personas que usted invitará.

Cuando Dios ya le ha mostrado los invitados, entonces usted decida una fecha y hora para el cenáculo. Aquí es importante contar con el beneplácito y ojalá la colaboración del resto de la familia o los moradores de su casa, para impartir un clima agradable durante el tiempo que durará el evento. El lugar más adecuado es el comedor, en torno a la mesa, donde se servirá al término de la reunión un pequeño ágape, según la costumbre del lugar, sin bebidas alcohólicas.

Entonces el tercer paso es la invitación. Acérquese usted personalmente a aquellas personas que ha escogido y en forma privada y con suma amabilidad dígales: “Querido amigo, quiero hacerte una invitación muy especial para mi casa este viernes. Se trata de una reunión sólo para discípulos” No tiene que utilizar necesariamente las mismas palabras, sino que la idea es que la persona sienta que ella es alguien especial para usted, lo cual es real, pues, para Cristo que la está llamando, es alguien muy especial. La invitación verbal puede ir acompañada de una invitación escrita, lo cual le da mayor seriedad y formalidad a ésta, la cual puede ser redactada de la siguiente forma, a modo de ejemplo:

Usted está cordialmente invitado
a nuestra casa para compartir un tiempo de amistad y espiritualidad cristiana
este viernes a las 19 horas en Avenida Francia 739, Valparaíso
Teléfono 2 49 39 01
creasion@vtr.net

No use en la invitación términos como iglesia, cenáculo o evangélico, para evitar prejuicios que impidan la asistencia.

El cuarto paso es la planificación misma del cenáculo. Considere usted un mínimo de pasos: a) presentaciones, b) uno o dos cantos, c) oración de gratitud, d) peticiones, e) oración y unción por los enfermos, f) lectura y reflexión de la Palabra de Dios, g) bendición final y h) ágape. Veamos cada aspecto con más detalle.

a) presentaciones. En forma natural haga que cada invitado se presente brevemente. Evite en este momento el comentario de problemas o testimonios que no aportan al clima del cenáculo. Basta con que cada uno diga su nombre, estado civil, profesión y algún dato de interés general. Hay que detener a aquellos demasiado egocéntricos que sólo quieren hablar de sí mismos. Para ello se requiere de prudencia y simpatía (“sean, pues, astutos como serpientes, aunque también ingenuos como palomas”, San Mateo 10:16)

b) cantos. Elija dos canciones cristianas no muy largas, de fácil melodía y muy inspiradas, de preferencia basadas en algún salmo. Dé el ejemplo usted, cantándolas con naturalidad, con los ojos abiertos y dando alguna expresión corporal, sin exagerar para no “asustar” a sus invitados. Será muy bueno que usted reparta hojas con los cantos impresos, para que todos puedan seguirlo. Si en su familia alguien toca guitarra o piano, pídale su ayuda para acompañar con música, sin estridencias, pues el cenáculo es una instancia de intimidad con el Señor.

c) oración de gratitud. Manifieste usted, antes de hacer esta oración, lo importante que es presentarse al Señor dando gracias y no pidiendo de inmediato, como señala la Biblia: “Entrad por sus puertas con gratitud, por sus atrios con alabanza” (Salmo 100:4) Luego haga una oración en voz alta, calmada, pausada, inspirada, natural, dando gracias por la presencia de cada invitado y por la bendición de tenerlos en su hogar, en el nombre de Jesús, amén. Esta vez no haga petición alguna. El propósito es que en próximas oportunidades las acciones de gracias aumenten, participando cada invitado, quienes darán gracias por distintos favores de Dios (salud, casa, vestuario, etc.)

d) peticiones. Entregue a cada invitado tres tarjetas en blanco de 12 cm. por 7 cm. y pídales que escriban peticiones concretas y puntuales al Señor, no asuntos generales y ambiguos. Usted puede darles el ejemplo leyéndoles sus peticiones:

Señor: Te pido que quites de mi corazón la tristeza que siento por la muerte de mi esposo. Amén.

Señor Jesús: Te ruego que me des un trabajo para sustentar mi hogar y me enseñes a administrar el dinero. En tu nombre, amén.

Padre: Tú que eres el Labrador de Tu viña, trae nuevos hermanos a este cenáculo para que sea un pámpano con mucho fruto. Por Jesús, la Vid Verdadera. Amén

Haga que cada persona vaya leyendo una por una sus peticiones, por turnos, de modo que cada uno escuche al otro y conozca sus necesidades. Comente que esto permite aprender a orar los unos por los otros. Invite al término de la oración a depositar las tarjetas en una caja que usted ha preparado especialmente para ese fin: la caja de peticiones. Ésta debe ser presentable a la vista y motivadora a la oración. Finalmente tome la caja en sus manos y haga una breve oración de victoria sobre ella.
Padre: Te agradecemos la oportunidad que nos das de pedir por nuestras necesidades. Tú que dijiste “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá” respóndenos a su debido tiempo. Esperamos confiados en Tu misericordia con plena fe en Tu poder. Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.

e) oración y unción por los enfermos. Dios quiere salvar y sanar. No hay mejor demostración de Su poder que en la sanación. A través de estos hechos maravillosos, Jesús muestra Su Soberanía sobre la Iglesia y la creación. Bríndele esa oportunidad al Señor de dar de Su amor a las vidas que han llegado a su hogar. Bríndele también una oportunidad a sus invitados de conocer el poder de Jesucristo, orando por sus dolencias. Diga: “Ahora haremos oración por los enfermos, ¿hay alguien enfermo? ¿Tiene alguno de ustedes alguna dolencia? Pues, pase y siéntese aquí. Oraré por él y lo ungiré con aceite, como lo señala la Biblia en Santiago 5:14,15“ Tenga un pequeño frasco de aceite perfumado, el cual es fácil de adquirir en el comercio. Cuando alguno pase a sentarse en la silla que usted indicó, pregúntele “¿Cuál es su problema?” Luego haga la oración de fe por sanidad y únjalo con aceite en la cabeza diciendo:
“Te unjo en el nombre de Jesús, por cuya llaga fuimos nosotros curados, y te declaro sano de todas tus dolencias. Amén”

También puede hacer repetir al enfermo el siguiente texto:
“Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza” (Jeremías 17:14)

f) lectura y reflexión de la Palabra de Dios. Es el momento más importante del cenáculo. Escoja un texto sencillo del Evangelio y coméntelo. En su exposición válgase de ejemplos de la vida diaria y conduzca a sus oyentes hacia un cambio específico de actitud. Para tener claro su propósito, redáctelo antes de exponerlo y téngalo en su mente. Incluso es bueno leerlo al inicio de su comentario. Por ejemplo, si el texto es “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (San Mateo 4:4), el propósito puede ser:
“Que los asistentes comprendan, valoren y practiquen la Palabra de Dios”
O bien:
“Comprender que así como el cuerpo necesita comida, el espíritu necesita alimentarse con la Palabra de Dios”

Usted puede solicitarnos temas adecuados para su grupo.

g) bendición final. Solicite que todos se pongan de pie e inclinen sus rostros para recibir la bendición de Dios. Usted ora pidiendo al Señor Su protección sobre todos los presentes y sus familias, tanto en el aspecto material, psicológico como espiritual; pide fortaleza para enfrentar las dificultades y templanza para no ceder a la tentación. Finaliza su oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Luego invita a todos a abrazarse y bendecirse unos a otros.

h) ágape. Una sencilla comida, te, café o lo que usted estime conveniente; música cristiana de fondo y conversación espontánea, darán al término del cenáculo un ambiente muy grato, que hará sentir a los invitados muchos deseos de volver a la semana siguiente.

¡Qué el Señor bendiga su valiente determinación de abrir un “cenáculo” en su hogar! Recuerde que no está solo o sola en esta misión. Él le acompaña, conforme a Su promesa:

“yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”

EL DIVINO MAESTRO.


El título dado a esta lección nos permite trazar un verdadero y propio retrato o perfil de la figura de Jesús como didáskalos, maestro. En el Nuevo Testamento se usa este término 58 veces, de ellas 48 en los evangelios, aplicado a Jesús; y 95 veces el verbo didáskein, enseñar, dos tercios de ellas en los evangelios; también en este caso aplicado sobre todo a Jesús. Por tanto Éste es por excelencia el "Maestro" de la comunidad cristiana.

A. JESÚS ES LLAMADO RABBÍ.
a) Es un rabbí que habla en público, como hacían los maestros de Israel: en las sinagogas, en las plazas, en el templo. Jesús es un maestro rodeado de mazetái (discípulos), tiene su escuela (San Marcos 9:5; 10:51).

b) Además, Jesús usa las técnicas de los maestros, dispone de un cierto material pedagógico, didáctico. Sin duda tiene algo de original, sobre todo un aspecto curioso digno de subrayarlo enseguida diversamente de los otros rabbí de Israel.

c) Él elige sus discípulos. Justamente lo contrario de lo que hacían los rabbí; éstos se comportaban como muchos predicadores de hoy: empezaban a hablar en las plazas, y quien se dejaba convencer les seguía. Jesús va en dirección opuesta. Los estudiosos hablan al respecto de una "discontinuidad" del Jesús histórico con el medio ambiente y la cultura en que se movía. A los discípulos les dice en los discursos de la última cena: «No me elegisteis vosotros a mí, os elegí yo a vosotros» (San Juan 15:16).

B. Jesús es un maestro acreditado.
a) El evangelista lo dice con frase incisiva: «Les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los letrados» (San Marcos 1:22). Es un maestro que se yergue no a fuerza de autoritarismo, sino con la autoridad del acreditado.

b) Otro paso de Jesús es muy significativo: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie, porque tú no miras lo que la gente sea. No, tú enseñas de verdad el camino de Dios» (San Marcos 12:14). Retrato estupendo del verdadero maestro, que no dobla las rodillas, no enseña según conveniencias. ¡Cuántos maestros son falsos en este sentido! «Tú enseñas de verdad el camino de Dios»: otra vez camino y verdad unidos, y concretamente camino y vida juntos.

C. La raíz de su enseñanza es transcendente.
a) Dos pasos son emblemáticos al respecto: «No hago nada de por mí, sino que propongo exactamente lo que me ha enseñado (didáskein) el Padre» (San Juan 8:28), y «Al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar» (San Mateo 11:27). La enseñanza de Jesús es la enseñanza del misterio del Padre, es una enseñanza transcendente.

b) La enseñanza del Maestro no es de sí mismo como hombre, sino que dimana de una revelación.


PARA REFLEXIONAR EN LA TIENDA:
1) ¿Por qué podríamos decir que Jesús es un Maestro histórico que usa las técnicas del mundo donde está inserto?
2) ¿Qué puede decir usted con respecto a la elección que hace Jesús de sus discípulos y el actual discipulado cristiano?
3) ¿Qué entiende usted por un maestro acreditado?
4) ¿Cómo podemos los maestros cristianos entregar una enseñanza transcendente, que muestre una verdad más allá de los confines del saber humano?

FORMACIÓN BÍBLICA DEL DOCENTE DE EDUCACIÓN RELIGIOSA.



Consulta de una cibernauta:
“Por favor ¿me pueden ayudar en mi trabajo de Tesis? Específicamente en la formulación del problema:¿COMO INFLUYE LA FORMACIÓN BÍBLICA DEL DOCENTE EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA - APRENDIZAJE EN EL ÁREA DE EDUCACIÓN RELIGIOSA EN LOS ALUMNOS DE PRIMERO DE SECUNDARIA?; ¿ Qué es formación bíblica?; pasos para la formación bíblica; características de la formación bíblica; importancia de la formación bíblica en la formación integral del docente; todo lo que se trata del Docente; importancia de la formación bíblica del docente en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Gracias que Dios les Bendiga espero su ayuda.”

Respuesta:
Estimada hermana: Creo que en primer lugar usted debería tener en cuenta cuáles son los propósitos de la Educación Religiosa en los alumnos de Primero de Secundaria. Hacia el logro de esos propósitos es que tendrá que encaminarse la formación de un docente en tal área. De seguro que los objetivos, tanto en términos de conocimiento y reflexión (pensamiento), cambios de actitud del alumno (emocionalidad), como práctica de las virtudes cristianas (acción) que se quiere lograr en él, determinarán las competencias deseables en un docente.

Perfil del maestro de Religión.
Como desconocemos el Programa de Religión que ustedes utilizan en su país, comparto con usted cuales son, a nuestro juicio, las características deseables en un maestro de Religión:
1. Auténtica fe cristiana y compromiso con una Iglesia de la localidad.
2. Amor y respeto por sus alumnos, sin importar condición social, moral o religiosa.
3. Amplio conocimiento y manejo de la Sagrada Escritura en el aula y en las diversas circunstancias de la vida.
4. Conducta coherente con los valores y virtudes destacados por la Biblia.
5. Adecuado manejo de los medios audiovisuales y tecnológicos disponibles para la enseñanza de la Religión.
6. Comprensión del desarrollo bío-psico-social del niño y adolescente.
7. Enfoque de su labor con un sentido de misión evangelizadora y educativa.

En cuánto a los conceptos sobre los que usted consulta, aquí va nuestra opinión. Tenga en cuenta que sólo es un punto de vista, el cual usted debe cotejar con profesores especializados y con autores.

Definición de formación bíblica.
Formación bíblica es la capacitación en el manejo, la comprensión y la interpretación adecuada de los contenidos de la Sagrada Escritura, cuyo propósito es el desarrollo integral del discípulo, la formación de las virtudes de Jesucristo y la capacitación para transmitir el mensaje del Evangelio a su entorno.

Pasos para una formación bíblica.
1) Adquisición de una fe sincera en la Biblia como la Palabra de Dios. Es imprescindible que el maestro de Religión sea un auténtico cristiano convertido a Jesucristo; que ame a Dios, Su Palabra y se esfuerce en vivir el Evangelio.
2) Conocimientos generales acerca de los orígenes de la Biblia, su Autor y escritores. Diversos géneros literarios en que está escrita (Historia, Poesía, Profecía, Epístolas, etc.)
3) Conocimiento acerca del contexto cultural, histórico y social en que se desarrolla la formación del Texto.
4) Conocimiento del esqueleto o estructura de la Biblia, propósitos de cada libro, versos clave, personajes principales.
5) Visión del plan general de Dios para la salvación de la Humanidad.
6) Adquisición y desarrollo de disciplinas espirituales básicas: oración personal y comunitaria; reflexión diaria de las Escrituras y su aplicación a la vida personal.
7) Conocimiento y valoración del dogma cristiano fundamental (cuerpo de doctrinas comunes a todos los cristianos: Trinidad, obra de Jesucristo en la cruz (salvación, sustitución, justificación, santificación y redención), Salvación por fe, la Iglesia Cuerpo de Cristo, etc.
8) Conocimiento de las diversas doctrinas cristianas (interpretaciones teológicas particulares) y valoración y defensa de la doctrina de la Iglesia en la que sirve.

Características de la formación bíblica.
La óptima formación bíblica de todo cristiano, y por excelencia del docente de Religión, debe abarcar, a nuestro juicio, los siguientes aspectos:
a) Apoyo personal por personas maduras en la fe, consejería y orientación en aspectos personales que dicen relación con la praxis del Evangelio.
b) Motivación, incentivo y habilitación de tiempos de oración, adoración y reflexión bíblica, paralelos a la formación teórica.
c) Capacitación bíblica, por maestros acreditados, en los siguientes aspectos: Biblia, Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, Hermenéutica (estudio e interpretación de la Biblia), Doctrina Bíblica, Apologética (Defensa de la fe cristiana), Discipulado (formación y acompañamiento de discípulos cristianos), Soteriología (Doctrina de la Salvación), Escatología (Estudio de los últimos tiempos), Neumatología (Doctrina del Espíritu Santo), Angeología (estudio de los ángeles), Historia y Geografía Bíblica, Consejería (Arte de aconsejar bíblicamente), Eclesiología (Estudio de la Iglesia).

Importancia de la formación bíblica en la formación integral del docente.
La formación bíblica, entendida como un cúmulo de conocimientos y técnicas de interpretación bíblica; valoraciones y principios del Libro Sagrado; y de acciones y vivencias personales que avalan la fe auténtica del maestro de Religión, es de vital importancia en la formación integral del docente, ya que lo habilita para modelar y orientar a los educandos en la adquisición de la fe y los valores y virtudes cristianas. En otras palabras, la correcta formación bíblica posibilita la formación de cristianos a la manera que el Maestro Jesucristo lo hizo con sus discípulos.

Lo necesario para el Docente.
Para que un profesor de Religión pueda desarrollar eficazmente su labor docente, es preciso que adquiera, además de los contenidos propios de la especialidad, los siguientes conocimientos y habilidades:
1. Psicología Evolutiva del niño y del adolescente.
2. Desarrollo bío-psico-social evolutivo del ser humano.
3. Metodologías Pedagógicas para una enseñanza activa, participativa, motivadora y reflexiva.
4. Utilización de Medios Didácticos y Audiovisuales.
5. Sociología y fenómenos sociales contemporáneos (tribus urbanas, drogadicción, diversidad sexual, etc.)
6. Filosofía comparada con la Palabra de Dios.
7. Inclusión de personas con discapacidad (ciegos, sordos, discapacitados físicos, intelectuales, etc.) en el aula, sus habilidades remanentes y sistemas de comunicación (Braille, Lengua de Señas, otros)
8. Elementos básicos de Informática y uso de la Internet.

Importancia de la formación bíblica del docente en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Una buena formación bíblica permitirá al docente:
- Responder adecuadamente a las inquietudes y dudas de carácter espiritual, teológico y bíblico que planteen los alumnos.
- Encauzar con mayor facilidad en el camino de la fe al educando.
- Tener una visión amplia y un criterio no sesgado por sus propias creencias para aceptar las distintas visiones religiosas de los educandos y sus las familias.
- Comprender las razones que mueven a los niños y jóvenes a tener actitudes rebeldes o agresivas, como conductas disruptivas.
- Ser capaz de establecer con el alumno una comunicación basada en la comprensión y el amor genuino, más que en la imposición de autoridad.
- Acoger a sus alumnos como verdaderos “discípulos”.
- Utilizar medios y métodos motivadores para el alumno actual, tan en contacto con un mundo audiovisual e informático.

Esperando que estas ideas le sean de utilidad en el planteamiento inicial de su Tesis, le saluda atentamente,
Pastor Iván Tapia

EL MAESTRO COMO ESTUDIANTE


EL MAESTRO COMO ESTUDIANTE de la Biblia. Quien enseña, un maestro, es también alguien que aprende. Necesitamos tener una actitud abierta hacia el aprendizaje. Aprendemos de las circunstancias, de otras personas, de los errores cometidos, de la creación, de la lectura de libros, etc. Se dice que hay tres niveles de aprendizaje o modos de adquirir el conocimiento:

a) por instrucción, cuando se estudia de libros y se utiliza la memoria y todas las facultades racionales de las cuales Dios nos ha dotado. Este conocimiento puede ser autodidacta o con la guía de un instructor (2 Timoteo 3:15-17).

b) por formación, cuando el aprendizaje se adquiere por la experiencia y bajo la guía de un tutor o maestro. Esta forma de aprender es más acorde con la vida y es propia del Discipulado de Jesús (Efesios 4:22-24).
c) por revelación, cuando el conocimiento es recibido directamente de Dios por medio de la acción de su Espíritu Santo (San Mateo 16:16,17).

A. EL TEXTO DEL MAESTRO.
a) La Biblia es el texto del maestro cristiano, la base de todo lo que enseña, única en su inspiración, propósito y poder.

b) La lectura de otros libros le serán también muy valiosos en su estudio y comprensión de aspectos fundamentales, como la geografía de las tierras bíblicas, la historia y costumbres de los pueblos de la Biblia, las grandes doctrinas bíblicas, y como fuente de ideas e inspiración. Pero estos son sólo auxiliares, ayudas en su preparación para la tarea de la enseñanza (2 Timoteo 4:13).

c) No sólo tendrá el maestro un amor reverente a la Palabra de Dios y la usará, sino que procurará que sus alumnos la amen y la utilicen. Hará lo posible por poner en práctica sus enseñanzas.

B. LA LECCIÓN.
¿Cómo puede el maestro preparar a fondo una lección? Sugerimos los siguientes pasos para “cocinar” una enseñanza nutritiva:
1. Estudiar la lección diariamente, empezando por lo menos una semana antes de enseñar, leyendo la lección completa en la Biblia una y otra vez, estudiando también citas bíblicas afines.

2. Estudiar la lección, usando auxiliares, como las revistas para maestros, comentarios y diccionarios bíblicos, la concordancia de la Biblia. La iglesia puede ayudar a sus maestros proporcionando una biblioteca de libros útiles para sus enseñanzas.

3. Estudiar la lección, buscando ilustraciones, anécdotas, ayudas visuales que vienen al caso. De la riqueza de conocimientos y materiales se escoge lo que se usará en la hora de la clase.

4. Meditar y orar durante toda la semana, pidiendo de Dios dirección y poder espiritual al enseñar.

PARA REFLEXIONAR EN LA TIENDA:
1) Comparta tres experiencias vividas durante esta semana, en que podamos identificar los tres niveles de aprendizaje: instrucción, formación, revelación.
2) ¿Qué libro le ha impactado más, aparte de la Biblia? ¿Por qué?
3) Cuente una anécdota que haya vivido este mes y discurra de qué modo podría utilizarla como ilustración para una lección bíblica.

LA IGLESIA QUE SE REUNE EN TU CASA

Pastor Iván Tapia

INTRODUCCIÓN.
En estos últimos tiempos son cada vez más los cristianos que abren las puertas de sus hogares para transformarlos en verdaderas iglesias domésticas. En todo caso no es una experiencia nueva, pues la encontramos en toda la historia de la Iglesia, desde su fundación y persecución, cuando era una iglesia auténticamente vivida en las casas, pasando por los monjes irlandeses al inicio de la Edad Media, las fraternidades de movimientos evangélicos en los siglos XII y XIII como los Pobres de Lyon de Pedro Valdo, los acompañantes de Francisco de Asís, los husitas, los hugonotes, lo que podríamos llamar las tertulias cristianas (reunión de personas que suelen juntarse para conversar o pasar gratamente el tiempo) en torno a predicadores y maestros de la Reforma, hasta las modernas noches de hogar, cultos familiares, reuniones de oración y estudios bíblicos en las casas. Hoy por hoy se nombra como células a estos núcleos de vida cristiana que proliferan en el Cuerpo de Cristo, y que dan una nueva vitalidad a la Iglesia.

Responder en mi cuaderno la siguiente pregunta: ¿Cómo es mi grupo cristiano ideal?

LO QUE LA IGLESIA NO ES.
¿Cuál es la definición exacta de Iglesia que da la Escritura?
· La Iglesia no es el edificio (Si continuamos creyendo que la iglesia es el lugar donde se reúnen los cristianos para sus prácticas religiosas, no podremos jamás aceptar una iglesia que funciona en un lugar secular)
· La Iglesia no es la "reunión" o culto.
· Iglesia no es solamente la que tiene personalidad jurídica (la iglesia apostólica, que no tuvo un reconocimiento oficial del gobierno romano ni de las autoridades judías, no habría sido Iglesia; Hechos 4:5-7).
· Iglesia no es solamente la que es dirigida por profesionales religiosos titulados en un seminario (pastores y sacerdotes recibidos).

Escriba en su cuaderno su definición personal de iglesia.

EL FUNDAMENTO DE LA IGLESIA
¿Qué es lo que a un grupo de personas lo hace "iglesia"? La palabra Iglesia aparece por primera vez en el Evangelio cuando Pedro declara que Jesús es el Mesías. Nadie ha venido a decirle a Pedro lo que él debe creer sino que Dios mismo se lo ha revelado. ¿Cuál es la roca sobre la que Jesucristo edificó su Iglesia? Nótese que él ya no dice Petros, sino petra. Desde el punto de vista histórico, Pedro es una figura importantísima en el inicio de la Iglesia de Jesucristo. El mismo Señor le dedicó bastante tiempo y puso especial atención en su formación; le llamó, trató y encargó el cuidado de sus ovejas.

El Nuevo Testamento indica que la Iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y Pedro es uno de ellos. El mismo Pedro se refiere a Jesús como "piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa" y luego cita la escritura que dice "He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure".

Con San Pablo podemos afirmar que "nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo" porque nada habrían sido los discípulos ni nada seríamos hoy nosotros, si Él no hubiese dado su vida en la cruz en rescate por la Humanidad.

¿Cuál es entonces la petra de la cual está hablando Jesucristo a Pedro? A nosotros nos resulta evidente que se refiere a Sí mismo. La iglesia ha sido edificada sobre Su sacrificio, sobre Sus enseñanzas, sobre Su revelación y cada vez que un hombre o una mujer, sin importar su condición social o cultural, se encuentran con el Salvador, se convierten a Él, son enseñados por Él a través de los medios que todos conocemos (la lectura y reflexión de la Biblia, la doctrina de pastores y maestros y la comunión con los hermanos), crecen y son capaces de transmitir esa vida a otros, es que han sido edificados sobre el Fundamento, forman parte de la Iglesia y por tanto llevan en si la semilla para gestar nuevos cristianos y nuevas iglesias.

Leamos los siguientes textos y hagamos una oración después de cada lectura:
- San Mateo 16:13-20
- Apocalipsis 21:9-14
- Efesios 2:19-22
- Isaías 28:16
- 1 Corintios 3:11.

HACIA UNA DEFINICIÓN DE "ECCLESIA"
Al revisar los diversos pasajes en que la Biblia habla acerca de la Iglesia, nos encontramos con distintas metáforas o símiles para explicar su naturaleza.

Cada discípulo lea una de las siguientes tarjetas:

q La Iglesia es un cuerpo, el Cuerpo de Cristo, esto es que tiene vida y está formada por muchos órganos y miembros que se necesitan unos a otros. La Iglesia no es una institución muerta y meramente administrativa sino un organismo con todas las características de un ser vivo: nace, crece, se alimenta, se educa, se desarrolla integralmente, se multiplica, sirve a la sociedad en que vive, etc. Cada iglesia local es cuerpo de Cristo y Él es la cabeza (1 Corintios 12:12-27).

q La iglesia es una novia, la futura esposa de Cristo, lo cual nos mueve a una actitud de espera, preparación, vigilia, oración, castidad espiritual, enamoramiento, planes para el futuro con el Esposo (Cantares 8; Efesios 4:25-27)

q La iglesia es una plantación, plantío de Jehová, la viña del Señor, un huerto que es preciso cultivar, regar, cuidar, podar, abonar, limpiar con pesticidas, etc. de modo que cada planta de buenos frutos, ojalá los doce meses del año y que sus hojas sean para sanidad de las naciones (1 Corintios 3:6-9; Apocalipsis 22:2).

q La Iglesia es un edificio cuyo fundamento es Cristo, las columnas son sus ministros y cada cristiano es una piedra o ladrillo. En la medida que cada uno esté bien ubicado, sea resistente y esté bien ligado al resto de la construcción, ésta será sólida y nada podrá prevalecer contra ella. Cuando Jesús dijo en tiempo futuro "edificaré mi Iglesia" no quiso decir que ésta no existiese en ese momento sino que Él la seguiría construyendo hasta alcanzar su plenitud (Efesios 2:20-22; 1 San Pedro 2:5; San Mateo 16:16-18).

q La iglesia es una asamblea o reunión, un grupo organizado donde hay líderes y encargados de distintas funciones: dirección, finanzas, alabanza, ayuda a los necesitados, visitación, negocios, educación, etc.

q La iglesia es una familia, la familia de Dios, en que hay padres e hijos, en distintas generaciones y, como en una familia, hay un Padre que está preocupado de las necesidades materiales y espirituales de todos (Efesios 2:18,19).

q La iglesia es un sacerdocio en que cada cristiano está llamado a interceder por sus semejantes y a rogar a los hombres que vengan a Dios. Sobre todos los sacerdotes hay un Sumo Sacerdote, que es Jesucristo (1 San Pedro 2:9; Hebreos 10:11-14).

q La iglesia es una nación, un pueblo con historia, bandera, héroes, leyes y principios, estatutos, disciplina, autoridades, ministerios y todo lo que implica el desarrollo de un país. En cierto modo la Iglesia es una embajada del Reino de los Cielos en la tierra (2 Corintios 5:20).

q La iglesia es un pueblo que marcha hacia una meta, Canaán (Apocalipsis 21:3).

Desde un punto de vista semántico, cuando el Nuevo Testamento dice la palabra griega "ecclesia" está hablando de una asamblea legislativa local, como se traduce en Hechos 19:32, una especie de congreso al cual eran llamados de sus labores, negocios u hogares, por un pregonero, para tratar asuntos urgentes de la ciudad, cuando era necesario. Entonces, es la palabra perfecta para describir a una comunidad de creyentes.

Escojamos de nuestro himnario, aquellas alabanzas que nos tipifican como Iglesia y alabemos al Señor.

LA REALIDAD DE LA IGLESIA DE HOY
En la Biblia no existe la iglesia denominacional, aunque San Pablo habla de ciertos partidos o corrientes (1 Corintios 1:12,13; 3:1-4; Filipenses 1:15-18). En esa época el que opinaba diferente era un anatema o hereje (Gálatas 1:8).

Pensamos que podemos convivir y compartir con distintas formas de cristianismo (iglesias católica, protestantes, evangélicas, ortodoxas, etc.) en tanto no atenten a lo fundamental de la doctrina, que es la salvación por la fe en el sacrificio expiatorio de Jesucristo.

Hoy existe la iglesia institucionalizada, aceptada y sometida a las leyes de las naciones, donde no es perseguida. Todo lo anterior tiene consecuencias positivas y negativas, ¿Qué podemos hacer frente a esto? Es nuestra realidad y no podemos negarla, mas nuestro propósito es siempre el mismo: anunciar el Evangelio a las naciones. ¿Cómo podremos convivir y llevar a cabo ese plan de evangelización en este contexto? Hay afinidades y hay diferencias, nos quedamos con las afinidades, como debe ser entre hermanos de una misma familia. La promesa de Jesucristo es no abandonarnos y que el Hades jamás prevalecerá contra la Iglesia. Cristo es uno solo y la Iglesia, su Cuerpo místico, es una sola. Como sea, estamos en tiempos de evangelización y crecimiento. La persecución se da en zonas culturales hostiles al cristianismo y en forma solapada en el ámbito humanista de la sociedad de consumo. En este contexto nace y se desarrolla la Iglesia en Casa, que es nuestro tema de hoy.

LA IGLESIA QUE SE REUNE EN TU CASA
Establecida la definición, significado de la palabra, contexto y ámbito, misión y proyección de la Iglesia, ya podemos abocarnos al concepto "iglesia en casa". Hoy por hoy la iglesia vuelve al hogar.

La iglesia en casa es la única modalidad que permite un "acercamiento sin riesgo" para muchas personas que temen pertenecer a una organización religiosa.

¿Por qué una Iglesia en Casa? Son varios los aspectos positivos que hacen de esta modalidad de evangelización y edificación un método excelente:
1) Compromete a los "laicos"
2) Invita a la vida comunitaria
3) Hace posible la intimidad, hermandad y camaradería
4) Es flexible y menos formal que la litúrgica
5) Promueve una mayor participación
6) Permite el acercamiento de los menos alcanzados
7) Posibilita un discipulado más personalizado

Cualquier cristiano desarrollado en su fe, con una buena preparación personal, espiritual y bíblica, puede abrir su casa e iniciar una Iglesia en otra ciudad o barrio, si sigue los principios del Discipulado.

La existencia de más de una Iglesia en Casa da origen a una Comunidad Cristiana.

Leer oraciones de Evangelización.

LOS CINCO PRINCIPIOS DE LA IGLESIA EN CASA.
Para dar cuerpo a esta propuesta y un sustento bíblico a la modalidad de Iglesia en Casa, presentamos a continuación los principios escriturales que motivan y respaldan cualquier acción en este sentido. Un pastor o iglesia puede no estar de acuerdo en ampliar su radio de acción ministerial más allá de las paredes de su organización, pero no podría negar ni descalificar el trabajo de aquellos hermanos y líderes que, inspirados por el Espíritu Santo, deciden abrir sus hogares para transformarlos uno o más días de la semana en Iglesias del Señor.
He aquí los cinco principios de la Iglesia en Casa. Le sugiero que los busque en su Biblia y subraye el versículo clave con un color identificable.

1. DIOS DESEA QUEDARSE EN NUESTRO HOGAR.
Siempre fue la voluntad de Dios constituir un grupo familiar unido, donde él gobernase los sentimientos, pensamientos y acciones de sus miembros. Una familia auténticamente cristiana es cristocéntrica y está dispuesta a que Jesús la dirija, aún en los aspectos más prácticos. Como a Zaqueo, él hoy nos dice "baja en seguida, porque hoy tengo que quedarme en tu casa” (San Lucas 9:5). El Huésped de nuestra casa quiere ser su Señor y no una simple visita a la cual recibimos en algunas ocasiones solemnes. Él desea quedarse en tu hogar.

Oración de la silla vacía: vamos a poner una silla vacía en este lugar y allí vamos a sentar a aquella persona (familiar, amigo, vecino o compañero de trabajo) que aún no ha tenido un encuentro con el Señor y vamos a rogarle a Él que lo traiga a Su Iglesia.

2. ÉL DESEA QUE VAYAMOS A OTROS HOGARES.
Su deseo es que, además de vivir la vida cristiana como nos la enseña en su Palabra, también la comuniquemos y compartamos con otras familias. Al enviar a evangelizar a sus apóstoles les dijo: “Cuando lleguen ustedes a un pueblo o aldea, busquen alguna persona de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan de allí” (San Mateo 10:11). Así comienza la Iglesia en una ciudad. A partir de una persona obediente al mandato de Dios y de una casa que trabaja unida. En la Iglesia Discípulos de Jesucristo llamamos Cenáculo a la Iglesia en casa. El Cenáculo o Aposento Alto fue el lugar donde Jesús celebró la última cena de Pascua con sus discípulos y donde les entregó profundas lecciones de discipulado.

Oración por el hermano que está a mi derecha. Va a poner su mano en el hombro de quien se encuentra a su derecha y rogará por él o ella.

3. LA IGLESIA COMENZÓ EN UNA CASA.
Siempre la obra empieza en un hogar. Cuenta la Biblia que el Espíritu Santo llegó a la Iglesia por primera vez en una casa. Dice que el sonido “...como de un viento fuerte, resonó en toda la casa donde ellos estaban” (Hechos 2:2). Entre otras, la Iglesia de Filipos nació en las casas de Lidia y el carcelero de Filipos (Hechos 16:11-40, Filipenses 1:1, Filipenses 4:15-16). Debemos estar dispuestos a abrir nuestras casas a la presencia de Dios y a la de los que necesitan de Él: los ciegos, cojos, pobres espirituales, los que sufren las consecuencias del pecado. Debemos estar abiertos a amarles desinteresadamente. Hay una diferencia entre casa y hogar. La casa es simplemente el edificio. Jesús nació en un pesebre, junto a María y José, mas no podríamos decir que no tuvo un hogar pues ellos fueron su hogar (San Lucas 2:7). La Iglesia comienza siempre en la calidez de un hogar. ¿Acaso antes de construir un templo la comunidad no se reúne en la casa del pastor o algún hermano? Devolvamos a la Iglesia ese fuego que tenía cuando se inició en una casa.

Oración simultánea. Por mi "iglesia doméstica" (esposo, esposa, hijos, otras personas del hogar).

4. ESTE EJEMPLO NOS DIO LA IGLESIA APOSTÓLICA.
Cuenta el libro de los Hechos “Y todos los días se reunían en el templo y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (Hechos 2:46). Las asambleas se hacían en las casas, ya que en el templo se llevaba a cabo el culto judío. Filemón, discípulo de la ciudad de Colosas, recibió una carta del apóstol Pablo en que éste le dice: "al amado Filemón, colaborador nuestro, y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa" (Filemón 1,2). Esto significa que en casa de Filemón se reunía toda una iglesia. Se ratifica con el caso de Ninfas de Colosas (¡una mujer! ¿podríamos decir que la iglesia neotestamentaria era una iglesia machista?) en que, habiendo una Iglesia de Colosas, coexiste la iglesia en casa (Colosenses 4:15). En su casa se reunía toda una congregación y Pablo la recuerda muy especialmente. Otro caso notable es el del matrimonio de Priscila y Aquila de la Iglesia de Roma, luego trasladados a Efeso habla de “la congregación que se reúne en su casa”, (Romanos 16:3-5; 1 Corintios 16:19; 2 Timoteo 4:19). Tenían el mismo trabajo de Pablo, fabricantes de tiendas. La casa de Priscila y Aquila, ambos judíos, estaba abierta a los hermanos de Roma. Otros ejemplos de Iglesia en casa pueden ser la familia de Aristabulo (Romanos 16:10) o la familia de Narciso (Romanos 16:11).

Tres personas orarán pidiendo que Dios levante Responsables de Cenáculo en esta comunidad de discípulos.

5. CADA DISCÍPULO DE UNA COMUNIDAD ES POTENCIALMENTE UNA CASA.
Puede ser abierta como Iglesia en Casa, pero se requiere que éste madure y crezca a la estatura de su maestro. Un problema de la Iglesia ha sido su identificación con el templo. No estamos contra los templos o lugares públicos de oración y predicación, pero no podemos perder de vista la visión apostólica. Al ganar un discípulo estamos ganando un vecindario, una familia y mucho más. “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa./ Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.” (Hechos 16:31,32)

Leer los siguientes textos: Hechos 2:46,47; Hechos 4:32,33; Filemón 1:3; Romanos 16:3-5; 1 Corintios 16:19; Colosenses 4:15.

Responder en mi cuaderno las siguientes preguntas: 1) ¿Qué he aprendido en esta lección? 2) ¿A qué compromiso me conduce esta enseñanza? 3) ¿Qué espero del Señor ahora?

MENSAJE FINAL "LOS CAMPOS ESTÁN BLANCOS PARA LA SIEGA"
Leamos San Juan 4:31-38.
En esta lección hemos aprendido que:
1) El fundamento de la Iglesia es Jesucristo.
2) Que la iglesia es una "ecclesia", es decir una asamblea formada por los salidos fuera del reino de las tinieblas y apartados para Dios y Su Reino.
3) La Iglesia de hoy, aunque dividida en denominaciones y muy secularizada, necesita crecer y continuar su importante misión.
4) Una forma en que la Iglesia vuelva a su primer amor y sea efectiva en su tarea evangelizadora es promoviendo y edificando la Iglesia en Casa.
5) Hay principios bíblicos que sustentan la Iglesia en Casa.

En la Iglesia Cristiana Discípulos de Jesucristo llamamos Cenáculo a la iglesia en casa. Cada hogar de un discípulo puede convertirse en un Cenáculo si el dueño o dueña de casa abre sus puertas con generosidad a amigos, vecinos, familiares y compañeros de trabajo. Esto es algo que nos puede parecer muy difícil pero en verdad es sencillo. Más que conocimientos se necesita "corazón", el deseo imperioso de servir a Cristo y a nuestro prójimo, entusiasmo por la obra, por la extensión del Evangelio, amor por los necesitados, pasión por las almas. ¡Es tanto lo que podemos ayudar a otros por nuestro conocimiento de Jesucristo! Ya es hora que depongamos toda actitud egoísta y nos decidamos a servir a nuestro prójimo que tiene hambre y sed de Dios, a dar de gracia lo que por gracia hemos recibido. El discípulo fiel responde al llamado de Dios con "responsabilidad".

Brevemente vamos a exponer lo que un cristiano debería hacer para echar a andar un Cenáculo.

1) El lugar. Un Cenáculo se puede instalar en cualquier lugar. Puede ser en su casa, en la casa de un vecino o amigo que la facilite, en un local, en un lugar de trabajo, en una iglesia, etc. lo importante es que sea un espacio tranquilo y que de libertad para realizar todas las actividades del Cenáculo sin interrupciones. El lugar será bendecido por Dios.

2) El día y la hora. Una vez a la semana es la periocidad ideal. Permite desarrollar una mayor cantidad de actividades y conocerse mejor entre los discípulos. No debe ser una reunión muy extensa para no saturar y que haya hambre de seguir juntándose. La hora puede convenirse con las personas, de acuerdo a su disponibilidad de tiempo. El tiempo dedicado al Cenáculo es tiempo para el Señor y Él lo bendice.

3) Los invitados. Es muy importante estar en oración permanente con Jesús, conversar con Él acerca del Cenáculo, pedirle que Él ponga las personas indicadas en nuestro camino. los invitados a la cena son los cojos, los mancos, los ciegos, es decir los que tienen necesidad del amor de Dios. Al ser Responsables de Cenáculo tomamos la posición de padres amantes de sus hijos espirituales. Los invitados así serán bendecidos por el Señor.

4) La invitación. Usted puede optar por una invitación formal y elegante, escrita, o bien hacer una cordial invitación verbal en persona, no por teléfono. Utilice términos amplios y no religiosos, que a las personas muchas veces les desagradan. Puede invitarle a un Cenáculo. Le preguntarán ¿qué es un Cenáculo? Y usted podrá responder: es un grupo de amigos cristianos que se reúnen para aprender de Dios y la vida que a Él le agrada. La pregunta típica es ¿y de qué iglesia son? Responda "de la Iglesia Discípulos de Jesucristo". Si la persona quiere indagar más, déjela con la curiosidad y dígale "si quieres saber más, te esperamos en el Cenáculo". Esté preparado para respuestas negativas, aún agresivas, como para otras muy positivas.

5) La oración. Es la clave del encuentro con Dios. No comience con oraciones, sino que déjela para el momento en que ya se ha hecho el clima de intimidad en el Cenáculo. Explique a los invitados que orar es "conversar con Dios". De el ejemplo de oración sencilla, haciendo usted mismo una oración práctica, puntual, directa y breve. Evite en su oración alusiones al Antiguo Testamento y a pasajes de la Biblia desconocidos por los invitados. No se "inspire" demasiado como en su oración personal, no grite ni haga manifestaciones carismáticas como hablar en lenguas o profetizar ante sus invitados, no los asuste, atraígalos. La idea es que para ellos resulte fácil contactarse con el Señor. Utilice diversas técnicas de oración: oración por el que está al lado, oraciones escritas, acciones de gracias, peticiones, etc. El Maestro bendecirá las oraciones de sus invitados.

6) Las alabanzas. Enseñe a sus invitados el significado de los cantos, estimúlelos a alabar a Dios en forma natural y expresiva. No exagere en este punto. Utilice el himnario "Cantad con Gozo a Dios". Si dispone de un instrumento y alguien que lo acompañe, mejor. En la elección de las alabanzas déjese conducir por el Espíritu Santo. Dios bendecirá la alabanza pues Él habita en medio de ella.

7) La Palabra de Dios. La reflexión de la Biblia es el punto central del Cenáculo. Para comenzar un Cenáculo es bueno iniciarlo con el estudio de las Enseñanzas del Cenáculo propuestas en http://ensenanzasdelcenaculo.blogspot.com/ sitio de Internet que entrega los principios espirituales del Reino de Dios y el Discipulado. Léalo usted o alguno de sus discípulos, coméntelo y luego desarrolle con sus invitados las preguntas planteadas en la lección. Modere la participación de las personas con amor y humildad. Usted es un cristiano convertido y ha recibido muchas enseñanzas del Señor. Confíe en las capacidades que Él ha desarrollado en usted. Dios bendecirá Su Palabra, la cual nunca vuelve vacía.

8) El apoyo pastoral. Recuerde que no está solo/a. Usted pertenece a una comunidad de discípulos con un Pastor capacitado para ayudarle y apoyarle en todos aquellos aspectos en que usted esté débil, tenga alguna duda o no sepa como actuar. La Iglesia Discípulos de Jesucristo le brinda además una instancia de perfeccionamiento como Responsable de Cenáculo en la reunión periódica de Tienda de Responsables. Nada hay más bello que trabajar por la salvación de las almas y por la extensión del Reino de Dios. El Príncipe de los Pastores le bendecirá en abundancia.

Querido hermana y hermana: atrévase a abrir las puertas de su hogar y de su corazón a los que sufren soledad, enfermedad, culpabilidad y todo tipo de enfermedad espiritual. Abra un Cenáculo allí donde le sea más fácil. Confíe en Dios, Él le acompañará, Él le bendecirá.

El Señor Jesucristo quiere multiplicar en estos últimos tiempos Su misericordia. Él necesita nuestras manos para servir, nuestro cansancio para dar descanso a otras vidas, nuestro corazón lleno de amor para con el prójimo. Los campos de este mundo están listos para la siega, el Evangelio ha sido predicado en todo lugar y sólo falta que nosotros hundamos la hoz del segador para cosechar vidas para Jesús. Nuestra hoz es el mensaje del Evangelio del Reino. Ya es hora de que tomemos la firme decisión de cumplir nuestra misión: evangelizar y servir. No podemos desoír Su voz llamándonos: "...Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega"

EL MAESTRO



EL MAESTRO es la persona de quién, por medio de quién y con quién aprenden los alumnos. El maestro cristiano es uno que ha recibido por la fe a Jesucristo como Salvador y Señor, y se empeña en compartir de una manera convincente lo que ha experimentado. Ser “maestro” es uno de los cinco ministerios de la Iglesia (Efesios 4:11)

A. LA FUNCIÓN DEL MAESTRO CRISTIANO:
1. Es guía y líder de su clase. No es un dictador que permite solamente sus propias ideas, ni un "colador" sin sabor, sin convicciones propias. Trabaja con la clase hacia propósito tales como conocimientos bíblicos, encuentros personales con Cristo, esfuerzo hacia el crecimiento cristiano.
2. Es alumno. El maestro mismo debe estudiar constantemente en oración, procurando nuevos conocimientos, nuevas comprensiones del mensaje de Dios.
3. Es un personalidad cristiana en desarrollo. Tiene la actitud del apóstol Pablo al decir: "No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto, sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús" (Filipenses 3:12). La verdad tiene que salir no solo de los labios del maestro, sino de su personalidad, lo que es, y de sus acciones, lo que hace.

B. LA PERSONALIDAD DEL MAESTRO:
1. Los factores de la personalidad del maestro.
a. Físicos: El buen maestro se empeñara por tener buena presentación, tener hasta lo posible buena salud, estar descansado, tener energía y vigor, usar una voz agradable ante la clase.
b. Mentales: El buen maestro tendrá interés constante en mejorar sus conocimientos, en saber los acontecimientos en el mundo actual y la situación de sus alumnos, procurará pensar lógicamente y juzgar bien, sin prejuicios, podrá decidir, no será vacilante, siempre mirará hacia el futuro, haciendo planes, proyectando actividades.
c. Sociales: El buen maestro será optimista, tendrá simpatía y cultura, será paciente y tolerante, será entusiasta, mas que todo será sincero y digno de confianza.
d. Morales: El buen maestro tendrá una vida moral intachable, presentará ante otras personas normas morales altas, será leal a su iglesia, tendrá un sentido de dignidad propia y de justicia.
e. Espirituales: El buen maestro habrá hecho una entrega completa de su corazón y vida de Dios, y tendrá el concepto de que su trabajo como maestro es una misión divina. Tendrá una comprensión de la realidad, presencia y guía de Dios en su vida diaria. Estará convencido de que Cristo es la única esperanza de la humanidad y deseoso de que otros encuentren el camino de salvación. Amará a Dios y amará a sus alumnos. Orará sin cesar. Tendrá disposición de trabajar, de dar de su tiempo y esfuerzos, sin esperar recompensa sin reconocimientos. Tendrá convicciones bíblicas y doctrinales firmes. Se esforzará constantemente como cristiano.

PARA REFLEXIONAR EN LA TIENDA:
1) ¿Creo que he sido llamado(a) por Dios a enseñar en la Iglesia?
2) ¿Qué señales me ha dado el Señor de ese llamado?
3) ¿Cómo estoy ejerciendo esta vocación actualmente?
4) ¿Qué maestros(as) admiro aparte de Jesús?